Tanto si eres aficionado como profesional del boxeo, debes saber que es un deporte que conlleva ciertos riesgos de lesiones. Conocerlas te ayudará a prevenirlas y a asumirlas mejor en caso de padecer alguna así que veamos cuales son las más habituales:
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Causas más Comunes
Aunque puedas pensar que el riesgo de lesiones sólo se produce por golpes durante el combate, la realidad es que también se producen por mala técnica incluso en entrenamientos sin cuerpo a cuerpo.
Lesiones habituales en Combate y Entrenamiento
Estas son las lesiones más frecuentes entre los practicantes de este deporte de contacto:
Laceración o Daño Facial
Representa el 51% de las lesiones totales, lo que la convierte en la más común entre los boxeadores. Todas ellas se producen por golpes en la cara y con laceración o daño facial nos referimos a cortes, fracturas y hematomas en cualquier punto del rostro. Pueden traernos complicaciones a largo plazo, como mareos, olvidos, pérdida de audición y dolores de cabeza.
La única forma de prevenirlo es con entrenamiento, tanto técnico como físico. Estar cansado durante una pelea puede hacernos bajar la guardia y recibir un duro golpe
Lesión o Fractura de Nariz
Las lesiones en la nariz también se producen por golpes de puño. Es una de las áreas más sensibles del rostro, y al ser un hueso pequeño puede romperse con facilidad. Además de una recuperación larga y dolorosa, es posible que nunca vuelva a su posición normal.
Este es uno de los ejemplos de que las lesiones no se dan únicamente en combates. Muchos “guanteos” o entrenamientos pueden terminar con una nariz rota. Por eso es importante ser conscientes de los riesgos para entrenar con responsabilidad.
Para prevenir esta lesión, debemos mantener la concentración a lo largo del combate, además de ser cuidadosos en los entrenamientos.
Fractura del Boxeador
Se la conoce de este modo porque se da casi exclusivamente en la práctica del boxeo. La fractura se produce en el cuarto o quinto hueso de la mano, al golpear con fuerza algún objeto (o rival). Lo mejor de esta lesión, es que es fácil de prevenir mejorando la técnica.
Si cuidamos nuestro entrenamiento y mejoramos nuestros golpes, vamos a minimizar al máximo el riesgo de sufrirla.
Daños Oculares
Esta lesión es más frecuente de lo que parece, y es de las más peligrosas. Un golpe en el rostro puede causarnos problemas en los ojos y podemos sufrir desprendimiento de retina, y otras lesiones que son difíciles de revertir y que afectan nuestra vida diaria.
Al igual que en los casos anteriores, lo mejor que podemos hacer es mejorar nuestra técnica y condición física, para defendernos correctamente de los golpes, y no bajar la guardia en ningún momento de la pelea.
Esguinces o Distensiones Musculares
Esta lesión no es específica del boxeo y es común en muchos deportes. Tanto por un mal movimiento, como por desgaste o una entrada en calor defectuosa, podemos sufrir una distensión o desgarro. La recuperación generalmente lleva solo algunas semanas, y con entrenamiento puedes volver a tu nivel.
Los esguinces pueden ser algo más complejos, y suelen causarse también por problemas de cansancio. Si perdemos la máxima concentración en algún momento del combate, podemos doblarnos un pie.
La mejor forma de evitarlo es con entrenamiento, una buena entrada en calor, junto con sesiones de estiramiento luego del combate. Además, no hay que olvidar la hidratación antes, durante, y después de la pelea.